La colmena de Mr.Bee

Hacía ya un año que trabajaba en su más grande proyecto: Construir su propia colmena. La colmena perfecta.

En su escritorio se apilaban pilas y pilas de folios, bocetos y planos. También tarros de miel, por su puesto.

Quería que su colmena tuviera un diseño irreprochable. Pasaba horas y horas con la escuadra y el compás. Horas y horas trabajando en un proyecto que parecía no tener fin, pues cuánto más se enfrascaba en su concepción, mas elementos “necesarios” a la perfección aparecían.

Si pasas mucho tiempo sacándole punta al lápiz, nunca dibujarás nada.

“Mi colmena será impecable” -Decía Mr.Bee a sus amigos con la cabeza bien alta.

“Una vez terminada estaréis todos invitados. Tendrá un salon donde todo el mundo podrá conversar” -Afirmaba con convicción.

“Aunque también debería construir un salón de juegos” -Añadía dejando volar la imaginación.

“Por qué no empiezas por algo sencillo, pequeño y luego ya vas viendo lo que realmente te hace falta -Dijo uno de sus amigos.

“Porque entonces la gente no vendría a visitar mi colmena. Por favor! Es evidente -Respondió Mr.Bee indignado e impaciente.

Pero fantasear y diseñar la colmena no eran las únicas cosas que Mr.Bee hacía. No, él era alguien muy ocupado y productivo:

Pasaba una gran parte de su tiempo en buscar colmenas de " diseño" para inspirarse.

“Esta forma hexagonal con las esquinas redondeadas es sublime. Definitivamente tengo que usarla -Decía Mr.Bee mientras miraba una colmena vecina.

“Esta tonalidad amarilla es simplemente magnifica. Aunque esta otra tampoco está nada mal. Cuál debería utilizar?" -Se preguntaba Mr.Bee.

Fue así como Mr.Bee fue añadiendo poco a poco y cada vez más pequeños y variados elementos de diseño en los planos arquitectónicos del proyecto. Elementos barrocos. Elementos minimalistas. Elementos grandes, pequeños…

Una vez satisfecho con la información recabada, llegó el momento de realizar la primera maqueta del proyecto.

Mr.Bee estaba impaciente!

“Todos estos elementos decorativos son geniales. Esto va a ser la caña!"

Con muchas expectativas Mr. Bee se puso manos a la obra.

El resultado?…

Una mezcolanza amorfa. Completamente inarmónica y sin ningún ápice de buen gusto. Los elementos de decoración recolectados eran ciertamente bonitos en sus respectivos contextos, pero simplemente no casaban entre ellos. Eran incompatibles.

“Ahora qué hago! Que voy a hacer! qué voy a hacer!" -Repetía Mr.Bee encolerizado

“No puedo mostrarle este Frankestein a los demás. Parece la topografía de una pizza!"

Desesperado y nervioso, un pensamiento atravesó su cabeza cual siniestro rayo:

“Tengo que empezar de cero”

Murmuró con la mirada perdida mientras esbozaba una sonrisa delirante y torcida

Mr Bee empieza (otra vez)

Y así, FINALMENTE !!! … Fracasa una segunda vez. Una tercera y una cuarta…

La cuarta maqueta de la colmena de Mr.Bee. Nada mal Mr.Bee, nada mal

Tras meses de trabajo, pesadillas y sudores, cansado y queriendo aclarar sus ideas, Mr.Bee decidió dar una vuelta por una colmena vecina: La colmena de Jacskson

Se trataba de una colmena muy modesta pero reputada. Sobria, sin ornamentos ni florituras, era bastante popular entre las abejas del lugar por su calurosidad y sabiduría.

Fue mientras paseaba por dicha colmena que lo vio: Un viejo pergamino que llamó inmediatemnete su atención. A pesar de su simplicidad, el pergamino desprendía una fuerte presencia. Así, sin darse cuenta, se sorprendió así mismo ensimismado en la lectura de aquel mágico documento.

El poema, escrito con sabiduría contenía la siguiente cita:

Lo más importante no es que tu colmena sea bonita. Lo más importante es tener una colmena

Mr.Bee estaba en estado de shock. Aquello suponía una gran revelación. Una lección que le había llegado en forma de bofetada. Fue mientras leía estas palabras que se dio cuenta:

“Si hubiera construido mi colmena desde el principio, partiendo de algo modesto, hoy tendría una colmena poblada por otras abejas, la hubiera podido mejorar con el tiempo y adaptarla poco a poco para que reflejara mis valores”

“Me dejé llevar por la idea de la perfección, concentrándome en el tejado sin tan siquiera tener las vigas de la casa. Hoy no tengo absolutamente nada” -Se lamentó Mr.Bee.

include “202007141623.md”

Aprendida la lección y con una nueva mentalidad, Mr.Bee volvió a retomar proyecto.

Fue así que Mr. Bee perdió el miedo al error, se deshizo del síndrome del perfeccionita procastinador y vivió feliz por siempre jamás!

Primera maqueta de la colmena de Mr.Bee

Hoy Mr.Bee da la bienvenida a su colmena a quién quiera que desee pasarse por ella. Hace arreglos y mejoras regularmente, despacito y con buena letra. Siempre con la idea de construir algo muy especial