Lava tu taza

Traducción de 🇬🇧 Wash your bowl —Leo Babauta

Hay una famosa historia Zen que dice así:

Un monje le dijo a Joshu, “Acabo de ingresar al monasterio. Por favor enséñeme”

Joshu preguntó, “Ya has comido tu ración de arroz?”

El monje respondió, “He comido”

Joshu dijo, “Entonces más vale que laves tu taza”

En ese momento el monje fue iluminado

No voy a intentar explicar esta historia, pues estoy lejos de la iluminación. Más bien me gustaría centrarme en la maravillosa simplicidad del consejo:

Ya has comido tu ración de arroz? Entonces más vale que laves tu taza

Esto es algo en lo que pienso cada vez que como, de hecho, cada vez que termino de hacer algo. “Terminaste de comer? Entonces lava la taza”.

Hay algo profundo y aún así minimalista en este consejo. Es: no te rompas la cabeza pensando en el sentido de la vida…en su lugar, sólo actúa. Simplemente lava tu plato. Y mientras lo lavas, encontrarás lo que necesites.

La experiencia me ha mostrado que esto último es cierto. Literalmente, lavo mi plato después de comer, lentamente y con presencia1. Es satisfactorio, es gratis y consume pocos recursos.

Después de una ducha, lavo a mano mi ropa sucia, la saco afuera y la pongo a secar. Cuando me cambio, recojo con cuidado la ropa que me acabo de quitar. Cuando termino de cocinar, limpio la encimera y guardo los ingredientes —o al menos lo intento, no estoy diciendo que sea perfecto—

Acordarse de hacer estas cosas al terminar una actividad no es cuestión de pulcritud. Es cuestión de presencia1, de terminar lo que empezamos, de estar presentes en todo lo que hacemos en lugar de apresurarnos a saltar a la siguiente tarea.

Reflexión del traductor

El relato Zen del que habla Leo no es más que una reinterpretación del refrán:

No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy


  1. Mindfulness ↩︎