Sacarle la punta al lápiz

Érase una vez, en el lejano reino de Honey Pot, dos estudiantes de arte que comenzaban sus estudios en el prestigioso taller Leonardo.

Uno de nuestros estudiantes, llamado Mateo, provenia de una humilde familia de abejas obreras.

El otro, llamado Brutus, provenía de una ilustre familia de consejeros de la realeza.

Dada su situación, Mateo solo pudo comprarse un modesto lapicito de madera junto con un humilde cuaderno.

Brutus, por el contrario, se vió bendecido con una vasta gama de productos y un taller personal digno del mejor de los profesionales.

Sin embargo, Brutus no estaba satisfecho: la falta de stock de la tienda de arte le había impedido adquirir carboncillos.

En su colección de herramientas se observaban pasteles, acuarelas, cuadernos para pasteles, cuadernos para acuarelas…Incluso pinturas al óleo!

Pero el quería sí o sí sus carboncillos! Sin carboncillos no podría empezar a estudiar pues era por esta técnica que quería comenzar su aprendizaje.

Brutus decidió pues, sabiamente -ejem, ejem…, esperar la llegada de los carboncillos que debía hacerse en el próximo desembarco proveniente del reino de Small Hive.

Durante este tiempo, nuestro amigo Mateo se puso a dibujar

En algunos meses había hecho ya numerosos dibujos. Mateo dibujaba tanto que su única herramienta, su fiel lápiz empezó a achiquitarse. Pasando de esto:

…a esto

…y luego

Al mes siguiente; Mateo agotó su lápiz y con él, todas las hojas de su cuaderno..

Triste porque no podía dibujar más, se sentó relexivo en una esquina de su habitación.

Mientras tanto,

Una tormenta retrasó la llegada de los cargamentos con el stock de carboncillos.

A la espera de estos, Brutus dió lo mejor de sí mismo

Es normal hacerse la pregunta: Quién de entre nuestros héroes ha aprendido más en este punto de la historia?… Pero todos sabemos que las comparaciones son odiosas, así que no vamos a desarrollar esta ocurrencia…

Volviendo a Mateo,

La última vez que lo vimos estaba sentado en un rinconcito de su habitación, triste y aburrido por no poder seguir dibujando…

Ya no tengo más material, que puedo hacer? - Se dijo con tristeza

Fue entonces cuando una idea le llegó como un rayo

Podría vender alguno de mis dibujos!

Cogío su cuaderno y se dispuso a echar un ojo.

Los dibujos de las primeras páginas eran terribles. Dignos de un amateur. Muy amateur. Catastrófico. Terribles.

Sin intimidarse, Mateo prosiguió su búsqueda con decisión hasta llegar a la mitad de su cuaderno. Los dibujos eran un poco mejores, pero todavía no tenían el nivel para ser vendidos…

Cuando Mateo llegó al último tercio de su cuaderno pudo darse cuenta de la importante mejora que había en la calidad del dibujo. Los dibujos eran ahora semi profesionales!

Entusiasmado, eligió sus mejores dibujos y se dispuso a encontrar una galería de arte con el fin de venderlos.

Visitó sin parar varias galerías hasta encontrar un Marchand dispuesto a pagar por algunos de sus dibujos.

Tras la venta obtuvo unas pocas monedas, aún así, más de lo que esperaba!

He obtenido suficentes ontis (la moneda del reino) para comprarme no sólo un cuaderno, sino dos! Y suficientes ontis para comprarme no solo un lápiz, sino un lápiz y acuarelas. Me gustaría probar esta técnica, así que compraré un cuaderno normal y un cuaderno de acuarelas!

A lo largo de los meses, Mateo se había habitudado a sacarle el máximo provecho a sus posesiones. No le fue pues muy díicl repetir la hazaña: En un par de meses agotó todos los materiales.

Con una pequeña diferencia: Esta vez produjo pinturas de acuarela. Podía pues venderlas más caras!

Habiendo adquirido la experiencia necesaria para negociar, tomó de nuevo sus mejores obras del último tercio de sus cuadernos y se fue decidido a venderlas. Una vez más, no obtuvo mucho dinero. Sin embargo, obtuvo mucho más que la vez anterior. Dos opciones se presentaron entonces:

Puedo continuar comprando cuadernos de acuarela, o puedo utilizar estos ontis para lanzarme con la pintura al óleo

Las pinturas y los lienzos para el óleo tienen una particularidad: Son bastante caras. Por ello, no se aconseja a los principiantes comenzar por el óleo, pues es facil equivocarse y echa a perder los materiales si no se tiene experiencia. No fue pues una decisión fácil para Mateo.

Aun así, confiado y dispuesto a afrontar el riesgo, decidió comprar las pinturas al óleo. Acto seguido, se dipuso sin más tardar a trabajar…Y oh, sorpresa! -bueno, no realmente: En unos meses Mateo había pulverizado el material

Tras acumular meses de experiencia, Mateo tenía ya una sólida base de dibujo. También una sólida base de teoría de colores, fruto de su experimentación con la acuarela. Sus pinturas al óleo tuvieron pues, una calidad profesional desde el primer trazo y, al contrario que las otras veces en las que había tenido que seleccionar sus mejores obras, esta vez todas y cada una de sus pinturas eran aptas para la venta. Y se vendieron

Las pinturas al óleo se venden, dado el alto precio de material y la dificultad de la técnica, a muy buen precio (para el artista, claro). Fue así que, dándo pequeños pasos, Mateo construyó su reputación y su caché como artista.

En cuanto a Brutus…

Bueno… Recibió sus preciados carboncillos, pero se dió cuenta que en su colección faltaban también sanguinas y como todo el mundo sabe, no se puede comenzar una carrera artística sin algo tan básico, no?

Como en la parabola de los talentos de Mateo:

Si no cultivamos nuestros dones, incluso si son numerosos, no recogeremos fruto alguno

Si en cambio, los regamos pacientemente, por muy modestos que sean recogeremos sí o sí frutos jugosos

Te invito, queido/a lector(a) a no dejarte obsesionar por el perfeccionismo y las excusas. Te invito a sacarle punta al lápiz hasta que no queda nada y por sobretodo a hacerlo desde el principio, sea cual sea tu proyecto o área.

Este artículo puedo servirte como ejemplo: Hay probablemente faltas de ortografía, errores de estilo, etc…Pero no pienso esperar a que lleguen esos carboncillos para publicarlo!

No olvides, sin embargo que…

Cuantos más lápices tengas, más díficil será sacarles punta a todos

Mantente pues, sobrio y minimalista con tus posesiones y objetivos, para que puedas concentrarte realmente en lo que de verdad importa.